Ama y ensancha el alma. 4 lecciones de amor que nos brinda el cannabis
- 29/08/2022
- THGrow
- Curiosidades
En la década pasada, un estudio dejó clara la relación entre la oxitocina, la llamada "hormona del amor" que estimula los vínculos afectivos, y el cannabis, pues también reside como componente en la planta. La oxitocina interactúa con una sustancia química llamada "molécula de la felicidad" o anandamida, evitando su degradación. Y cuando la anandamida, la "molécula maravilla" que producimos de forma natural, actúa en nuestro sistema endocannabinoide, es imposible evitar mostrar la felicidad y la motivación brillando en los ojos (por muy rojos que se puedan poner a veces).
En el estudio se demostró, en unas pruebas realizadas a ratones, que a aquellos a los que se les administró cannabis (los ratones también tienen un sistema endocannabinoide como el nuestro, y los cannabinoides detienen el deterioro de la anandamida) disfrutaron mucho más pasando el tiempo entre ellos que aquellos a los que no se les administró.
Así que no podemos dejar de pensar que, toda nuestra relación con la planta a lo largo de los siglos, ha sido también una manera de querernos, amarnos y ayudarnos. Es común ver a gente que ha bebido demasiado y llega a ponerse violenta, pero no ocurre lo mismo cuando alguien ha estado consumiendo demasiada hierba. Es más, nuestro propio cuerpo tiene un límite a partir del cual ya no se puede "ir más fumado", por mucho que queramos.
- Compartir un porro, una muestra de amor
Algo tan sencillo como compartir un porro es una forma de dar a otra persona una parte de lo que más nos gusta para que ella se sienta bien también. Las culturas que han tenido contacto con la planta durante suficiente tiempo han desarrollado formas de compartirla, como las pipas sebsi, que van circulando conforme se van vaciando y llenando las cazoletas o las narguilas de varios brazos. Al compartir un porro en grupo, es el propio grupo el que regula los posibles abusos por parte de uno de los miembros y procura que todos puedan disfrutar por igual de ese momento mágico y feliz.
- Cultivar juntos, ¿será posible esta relación?
Todos los que se hayan metido en un cultivo común también sabrán que es como una forma de poner las amistades y los compromisos a prueba. Es una de las mejores formas de saber si dos o más personas pueden confiar entre ellas y quererse. Porque siempre surgen cosas, como el día que nadie puede pasarse a regar, aquel que empieza a cortar para "las catas" antes de tiempo y... lo peor de todo: aquel que desaparece tras el primer día pero luego se pasa a reclamar su parte de la cosecha. Pero si en alguna ocasión has podido compartir un cultivo con un compañero y repartido con él la cosecha, sabes que tienes a una persona con la que puedes contar para siempre.
- El CBD y otros cannabinoides, el cuidado y el amor
Hace relativamente poco que se han comenzado a extender los estudios sobre el cannabis. Uno de los que más se ha extendido es de las numerosas propiedades del Cannabidiol (CBD), que es capaz de aliviar el dolor y mejorar la calidad de vida. Tiene propiedades antiinflamatorias y analgésicas, por lo que es útil para paliar enfermedades neurodegenerativas, episodios de psicosis o ansiedad y tiene propiedades antitumorales. Ayudarse a uno mismo o a los demás a mitigar el dolor y permitir que la vida sea mejor es una manera de querer en las situaciones difíciles. Y no solo a las personas, pues como hemos comentado anteriormente, nuestras mascotas tienen un sistema endocannabinoide y pueden beneficiarse de los beneficios del CBD en ocasiones tan sencillas como evitar el estrés en el transporte.
- La propia planta como lección final
Y la planta también sabe darnos lecciones de amor, pues el amor es incondicional y requiere cuidado y atención frecuente. No le sentarán bien los excesos, pues mucha agua o mucho fertilizante harán que se ponga triste y decaída o estresada y quemada. El abandono, aunque sea por poco tiempo, puede hacer que cuando volvamos todo se haya muerto. Pero si sabemos ir ofreciendo lo que ella va necesitando, si sabemos escuchar sus demandas, nos regalará las más preciadas flores. Y no porque sean las más bonitas o las más grandes, si no porque son las que hemos hecho crecer con nuestra paciencia, cariño y dedicación.
Como decía una persona sabia, el amor y la libertad son las dos cosas más importantes que cultivar en esta vida. Y cultivar la planta nos hace más libres, al igual que compartirla nos hace querernos entre todos un poco más.